25 marzo 2008

De resfriado nada... ¡EE.UU. está con gripe!

Buenas y ya no santas noches.

Se dice que rectificar es de sabios, y parece que hoy es un día, si no de rectificación, al menos de matización... ¡Nos hemos quedado cortos!

Decíamos en el anterior artículo que EE.UU. estaba resfriado; pues bien, parece ser que no, que no es un simple resfriado, sino un gripazo de aúpa.

Los medicamentos para semejante enfermedad son los ya conocidos y aplicados (con poca fortuna, visto que hay que incrementar la dosis): bajada de tipos a saco e inyección de liquidez a espuertas. Se podría decir que el tal Bernanke está llevando a cabo eso que expuso tan gráficamente de tirar dinero desde un helicóptero... Pero lo malo es que esta cepa de gripe es desconocida; nunca se ha estado antes en esta situación y por tanto no se sabe si los "remedios" van a producir o no el efecto deseado... por no hablar de que pueden producir efectos indeseables. Como dice Badía, "lo que pasa es que nadie sabe qué pasa". Esto de inyectar dinero y bajar tipos cuando la tasa de inflación ya está por encima del tipo oficial es algo que no se conoce...

Entretanto, la OCDE revisa sus predicciones y ahora dice que EE.UU. está al borde de la recesión, al igual que el viejo lobo Greenspan, que asegura que esta es la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Claro que siempre quedan optimistas, aunque su optimismo pierde fuelle cuando se refiere a las acciones emprendidas por la FED como "a situaciones desesperadas, medidas desesperadas" (sic).

Pero la desconfianza que se siente en los mercados no tiene parangón. Los problemas de liquidez llegan al punto de que, por primera vez, el Estado italiano no logró colocar una emisión de letras, tal es la desconfianza en los mercados. Algunas entidades celebran cubrir emisiones de 50 millones cuando hace un año emitían y colocaban sin problemas obligaciones por 10 veces esa cifra. Descorazonador...

Y para mejorar el clima de desconfianza no ayudan las noticias que últimamente han llegado referidas al estado de las cuentas de algunos bancos de inversión americanos, incluídos algunos de los grandes como Bear Stearns, que ha tenido que pedir socorro y ha sido comprada por cuatro duros con el consecuente desplome en bolsa.

Todos esperan que la confianza, pendiente de un hilo a día de hoy, vuelva a los mercados. Algunos opinan que el cambio de rumbo en los resultados de los bancos americanos puede ser una buena señal de que el final de la crisis está cerca y de que se abrirá una nueva etapa de crecimiento. Lo contrario sería desastroso. O sea, "wishful thinking", esperar o desear que ocurra el mejor de los escenarios posibles.

Pero la dura realidad, más allá de las inyecciones de dinero y las bajadas de tipos, más allá de que sus bancos logren sacudirse toda la caca que les ha caído encima con las hipotecas basura, más allá de la recuperación de la confianza en los mercados, es que la economía estadounidense tiene sobre sí la pesada losa de una deuda impagable y una divisa que está bajo mínimos en la confianza que ofrece en los mercados mundiales. La guerra de Irak ha costado hasta ahora, según ciertos cálculos, unos 3 billones de dólares (con B de burro o de Bush, que NO son lo mismo; que los burros perdonen a quienes piensen que sí).

Aunque más allá del coste económico, que pagaremos todos, sin duda el coste más alto de la guerra es el que han pagado y aún siguen pagando los iraquíes. Este enlace merece la pena ser leído.

Buenas noches.

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