15 julio 2009

La morosidad, en el punto de mira

Muy buenas.

Mientras el incompetente e inepto gañán que tenemos por presidente del (des)Gobierno chuleaba de solidez de sistema financiero delante de todos los dirigentes del primer mundo (pobrecito, lo que se tienen que reír de él a sus espaldas), resulta que los banquitos y cajitas nacionales estaban hasta el cuello. Cosa que por otra parte ya sabíamos todos; todos, salvo (quizás) el incompetente e inepto gañán. Es lo que tiene decir frases grandilocuentes de cara a la galería: que después se queda con el culo al aire; cosa que por otra parte parece importarle poco, vista la contumacia con la que hace sus declaraciones a lo grande y después rectifica por lo bajini.

Y es que la alegría con que bancos y cajas han soltado millonadas a insolventes de facto, además de llevarnos a precios estratosféricos y a una burbuja de dimensiones mundiales, ha hecho que la tasa de morosidad se dispare hasta niveles que no se conocían hace décadas.

La media de 2008 fue del 2.36% frente al 0.72% de 2007 (ahí es nada). La tasa en Enero ya era del 3.80%, a niveles de 12 años antes, y alcanzaba la pavorosa cifra de 71.700 millones de euros.

La tasa de Marzo ya llegaba al 4.17%; teniendo en cuenta sólo las cinco mayores cajas de ahorros la mora se cuadruplicó respecto a 2008, hasta llegar al 4.9%, lo cual suponía una cierta estabilización desde Enero... salvo por el hecho de que el resto de indicadores no cuadraban, por lo que se sospechaba que era "demasiado bueno para ser cierto" (gran enlace). ¿Ocultación de información por parte del (des)Gobierno y/o el Banco de España?

La tasa de Abril siguió empeorando hasta llegar al 4.42% (5.04% para las cajas) y 79.017 millones de euros (la más alta desde Agosto de 1996), lo que suponía un aumento del 5.77% respecto al mes anterior. Y parece que lo peor está por llegar, ya que el Financial Times augura una tasa del 8% para finales de año (y ya veremos si se estabiliza ahí). Con estos datos, no es de extrañar que Moody's rebajase el rating a 25 entidades españolas (aunque, sinceramente, después de lo que ha ocurrido, ¿hay alguien que a día de hoy siga confiando en los ratings de las empresas calificadoras?).

Pero lo peor, con todo, está en las cajas de ahorros: los reyezuelos de Taifas han gobernado a su antojo las cajas de sus terruños particulares y financiado los proyectos e ¿ideas? (sic) de los amigotes de su misma cuerda, por muy peregrinas que éstas fuesen, y eso por no entrar en tratos de favor y otras prebendas. Ahora es cuando reconocen que "se excedieron dando créditos" y piden al (des)Gobierno tomar medidas contundentes (léase aportar dinero de los contribuyentes) para evitar "consecuencias dramáticas" (Quintás dixit).

Y tras eso, ocurrió lo que tenía que ocurrir: la primera intervención de una caja por parte del Banco de España (aunque seguro que no la última, aunque los ciudadanos no recibamos la más mínima información acerca de este ni ningún otro proceso llevado a cabo por el (des)Gobierno), este caso CCM, controlada por políticos más afines a favoritismos que a decisiones con base económica (en este caso, el inefable Hernández Moltó, pero no es el único caso).

Y todo mientras el profeta Zapatero, el inepto gañán, alardeaba de nuevo frente a periodistas internacionales de lo saneado del sistema financiero español y seguía negando cualquier crisis de las entidades financieras; y a la par, el impresentable Barreda (el mismo que lanzó la ocurrencia de comprar a los promotores los pisos que no pudieran vender al público) tenía la increíble cara dura de achacar la caída de CCM a una campaña de descrédito y a una situación coyuntural... ¡Hay que tener jeta!

Para paliar todo este desaguisado más todo el que viene detrás, nuestro izquierdista presidente (nótese el sarcasmo) ha hecho oídos a las peticiones de fondos de recapitalización por parte de las entidades financieras y ha puesto la friolera de 99.000 millones de euros encima de la mesa, lo cual significa que el dinero de los contribuyentes saldrá al rescate de los más ineptos en la gestión del dinero ajeno.

Y es ahora cuando vuelve a salir a la palestra el debate de si hay que proteger a las entidades financieras (que, no lo olvidemos, han obtenido beneficios estratosféricos estos años) y a sus ejecutivos, principales responsables de la crisis que estamos atravesando. Como dice Martín Seco al respecto, no parece adecuado que se utilice dinero público sin ninguna contraprestación:

Las actuaciones instrumentadas hasta ahora no parecen las más apropiadas. En todo caso, sólo han podido solucionar puntual y temporalmente el problema de la liquidez de algunas entidades financieras, pero en ningún caso el de la posible insolvencia. Lo que no sería justo, ni siquiera eficaz, es que la concesión de dinero público fuera gratuita. Por eso, no vale la fórmula de crear un banco malo, ni la de endosar al Fondo de Garantía de Depósitos los activos tóxicos. No se puede repetir la estafa que para todos los españoles representó las recetas aplicadas en la crisis bancaria pasada, en la que con recursos públicos se sanearon los bancos en dificultades para devolverlos a continuación al sector privado. Los contribuyentes pagan y los de siempre salen más ricos de la crisis.

Y para terminar, un dato para que no nos creamos que se acabó la alegría: la deuda de los bancos españoles con el BCE bate récords en Junio al situarse en los 70.703 millones de euros. Si nuestras entidades no sufren la subprime mundial es, simplemente, porque en lugar de a prestar se dedicaron a endeudarse hasta las cejas.

Que ustedes lo pasen bien en las vacaciones.