14 marzo 2011

2012 será peor

Buenas a todos.

El artículo que esta semana publica Roberto Centeno en 'El confidencial' es uno de esos artículos cuya lectura debería ser obligada, a ver si así los palurdos vasallos, que no ciudadanos, que mayoritariamente poblamos este país nos enteramos de algo de economía y de paso aprendemos a elegir mejor a nuestros gobernantes. Es un resumen de los motivos de la hecatombe que se nos viene encima y que desde este blog hemos estado advirtiendo desde hace años.


Aquí dejo un extracto del mismo; el original es más largo, y recomiendo su lectura completa (al igual que todos los demás artículos del señor Centeno).


Buenas noches.


Lo único bueno de 2011 es que será mejor que 2012


[...] Por no remontarnos más que a los últimos 50 años, la economía española ha tenido sin duda momentos muy difíciles. En 1958 el agotamiento del modelo de desarrollo autárquico situaría nuestra economía al borde del colapso, frente a ello el grupo de economistas más capaces que España ha tenido jamás, pondría en marcha un Plan de Estabilización con un éxito tan espectacular, que en poco más de 15 años nos haría pasar del subdesarrollo a la industrialización, y crearía una importante y vigorosa clase media. En 1977, el desastre político y económico de la Transición nos situaría de nuevo al borde del abismo, los Pactos de la Moncloa, aunque fracasaran en su parte estructural, evitarían lo peor.


Con Felipe González, Boyer y Solchaga llevarían a cabo una política económica disparatada, manteniendo tipos de interés que superarían el 20% en el 82 y el 83, y promediarían el 15% hasta el 96 - “es la mejor forma de hundir un país”, exclamaría asombrada la Sra Thacher, en una conferencia en la Fundación Del Pino”-, y el propio González, el único presidente capaz de reconocer sus errores, diría muy irritado en los 90 que “estos tipos de interés no han contenido la inflación y han arruinado la economía”. La entrada en la entonces Comunidad Europea nos salvaría del desastre, pero no sin que antes sentaran las bases de la destrucción de la industria española en la mal llamada “reconversión industrial”, que pasaría del 37% del PIB en 1975 a menos del 15% hoy, y del sistema de generación eléctrico con la moratoria nuclear, con lo que el recibo de la luz es hoy el doble de lo que debería. En 1996 después de varias devaluaciones Solbes dejaría quebrados el Estado y la Seguridad Social, y González perdería las elecciones por razones económicas y no por el GAL ni la corrupción, una broma comparada con la actual.


Aznar reequilibraría las cuentas con algunos recortes iniciales, pero sobre todo con la venta de las joyas de la corona, las grandes empresas públicas, que convertirían los monopolios públicos con precios regulados en oligopolios privados con precios libres. Con la entrada en el euro, el hundimiento de los tipos de interés y el exceso de liquidez harían el resto, la economía crecía sin parar y el gobierno del PP no hizo absolutamente nada por controlar el proceso y menos aún el realizar las reformas estructurales imprescindibles, antes al contrario, todas sus acciones se dirigieron a la consolidación y enriquecimiento de los monopolios privados, suprimiendo toda competencia efectiva.


En mayo 2006, la Asociación de Inspectores del BdE enviaría una carta al nuevo vicepresidente económico Pedro Solbes, criticando duramente la “actitud totalmente pasiva” del gobernador Jaime Caruana (íntimo de Rodrigo Rato) “ante el insostenible crecimiento del crédito y la creciente acumulación de riesgos inasumibles en el sistema bancario, derivados de la anómala evolución del mercado inmobiliario, causa principal de la extraordinaria subida de precios de la vivienda entre 2000 y 2006”. La carta no tuvo respuesta. Sus homólogos en Islandia, gobernador y vicepresidente, han ido a parar a la cárcel, junto con los principales banqueros del país, después de la revuelta social originada por el desastre económico y que derribó al Gobierno.


Sobre este modelo del PP, con desequilibrios insostenibles, un Zapatero bastante incompetente llevaría a España a la peor situación económica en medio siglo. El mayor endeudamiento, no ya de nuestra historia sino del planeta, el 280% del PIB, un modelo de Estado que genera un déficit estructural gigantesco imposible de financiar, un paro real del 25%, un sistema financiero quebrado que adeuda 700.000 millones de euros al exterior, la energía más cara de Europa y una productividad y un sistema educativo tercermundistas, que hacen la salida imposible. Y lo que es infinitamente peor, un empobrecimiento masivo de la mayoría de la población, parte de la cual vive ya en condiciones de subsistencia, mientras una clase social muy alta que ni siquiera paga impuestos, con acceso privilegiado a los recursos y poderes del Estado, se enriquece en forma jamás vista en nuestra Historia: en concreto, un 90% de las familias está perdiendo renta real, un 60% casi no puede llegar a fin de mes, y un 23% está por debajo del umbral de la pobreza. El índice de miseria se ha duplicado desde 2007.


Y entonces llega Moody´s


Y entonces llega Moody´s y reduce por segunda vez en siete meses el “rating” de la deuda española [...] las necesidades de capital de las cajas, y en eso coinciden con Fitch, oscilan entre un mínimo de 40.000 millones y un máximo de 120.000, nada que ver con la cifra del BdE, que ha infravalorado escandalosamente las provisiones.


[...] salvo milagro alemán, es decir, compra masiva de deuda española, el diferencial subirá cerca de 100 puntos básicos, lo que significa que España tendría que pagar por su deuda 29.000 millones de euros anuales más, que sumados a los 17.000 millones adicionales que tendremos que pagar por nuestra energía para consumir lo mismo, representan un agujero añadido de 46.000 millones, equivalente al 4,4% del PIB.