16 octubre 2009

¿Compro casa?

Columna de Primo González (parece mentira que hace unos meses le llamásemos 'el optimista' en este mismo blog) en 'Estrella Digital' el 16 de Octubre de 2009:


La caída de los precios de la vivienda está dejando a muchos inmuebles en condiciones muy apetecibles de precio, considerando los precios que existían hace dos años. Acabó la fiesta inmobiliaria y han llegado los recortes de precios, que se suceden en cascada y sin cesar, sin que nadie sepa a ciencia cierta cuándo va a terminar el tobogán bajista. La bajada de precios se ha consolidado en los últimos meses desde que han entrado en liza las entidades financieras. Cansadas de acumular llaves y más llaves de pisos de propietarios en fuga, que han dejado la vivienda casi sin estrenar y con una hipoteca que a estas alturas supera el valor de mercado de la vivienda, las entidades financieras han puesto en marcha agresivas campañas, aguzando el ingenio mediante las más diversas fórmulas con objeto de convencer a los potenciales compradores de que ha llegado el momento de decidirse a la compra de un piso, para lo cual cuentan con un arma de indudable impacto en estos momentos, el acceso rápido a un crédito a tipo asequible.

La duda, sin embargo, persiste entre muchos potenciales compradores, muchos de ellos demandantes de una vivienda que no será de primera ocupación sino para explotarla vía alquiler. Y persiste porque las estadísticas oficiales que cada poco leemos, unas quizás más fiables y consistentes que otras, no dejan de mostrar la inclinación descendente de la curva de precios. O sea, que el que no compra, hoy por hoy, acierta. Es decir, dejando la decisión, no urgente en la mayoría de los casos, para más adelante, se asegura un precio más bajo en la adquisición del inmueble.

Este retraso es lógicamente una de las rémoras a las que se enfrenta el sector inmobiliario, ya que mientras exista la convicción de que dentro de unos meses se puede comprar más barato, pocos van a dar el paso de adquirir la vivienda en las circunstancias actuales, por favorables que sean las condiciones de tipo de interés e incluso de precio. El sector no va a levantar cabeza previsiblemente mientras el horizonte inmediato o de medio plazo de los precios apunte a la baja. Muchos españoles han adquirido inmuebles en la creencia de que se trataba de una especie de plan de pensiones en el que convenía enterrar el dinero para recuperarlo el día de mañana.

Esta crisis quizás sirva para enterrar en alguna medida esa proyección de tipo patrimonial, pero es probable que la idea subsista en muchas mentes como una razonable oportunidad de lograr una renta, vía alquiler, en el futuro. Pero mientras los precios sigan bajando, y lo están haciendo de forma interminable, estos planteamientos van a quedar en segundo plano. La gente no está dispuesta a invertir con vistas al alquiler o a la acumulación de patrimonio si sabe que de aquí a unos meses su ahorro se va a depreciar. Menos mal que en los últimos meses las caídas de precios se han ido suavizando paulatinamente. En estos momentos, y según las últimas estimaciones, los retrocesos de los precios de los pisos en términos anuales rondan el 8%.

Cuándo acabará esta pendiente es un asunto que resulta bastante difícil de indagar, ya que dependerá de la oferta de viviendas vacías disponibles, que parece superior al millón de unidades, mucho ladrillo para una demanda que, por mucho que pueda reaccionar si los precios se consideran ya asequibles, no va a cubrir esa oferta en varios años. El ritmo de construcciones ha caído por fortuna desde los 600.000 pisos anuales de hace dos o tres años a los 200.000 escasos en la actualidad, cifra que tiende a bajar. Por lo tanto, se están poniendo las bases para un cierto equilibrio entre la oferta y la demanda, aunque el momento exacto de ese equilibrio no parece cercano.

El Gobierno anunció hace unos meses que iba a suprimir la deducción fiscal a la vivienda para el año 2011, quizás en un intento de estimular la demanda antes de esa fecha, es decir, hasta finales del año próximo. No está claro que la "amenaza" haya surtido efecto, aunque es probable que muchos quieran esperar al último momento. Y ese momento está lejano aún, ya que queda más de un año. Para entonces se podrá hacer el pleno: precio mucho más bajo y deducción fiscal aún vigente, con la posibilidad de que los tipos de interés sigan siendo tan benévolos, o casi, como los actuales y las entidades financieras hayan bajado un poco la guardia a la hora de conceder hipotecas a un abanico más amplio de compradores.

En suma, casi todo invita a esperar para tomar una decisión de compra, lo que no es bueno para el sector ni para la economía. La forma de deshacer este laberinto quizás resida en el alquiler, cuyo fomento por parte del Gobierno y de las autoridades judiciales podría abrir una fase de mejores expectativas para los inversores en viviendas. Habría que pedirle algo más de imaginación a las autoridades en este asunto, no sólo a los responsables de Vivienda, sino posiblemente, y sobre todo, a los que manejan los hilos fiscales. Un tratamiento fiscal más adecuado a los inversores de este tipo de activos podría contribuir una situación que parece pudrirse cada día un poco más.

25 septiembre 2009

Para tener la boca grande

Columna de Irene Lozano en 'Estrella Digital' el 25 de Septiembre de 2009:

Juan Ramón Quintás es un señor que preside la asociación de las cajas de ahorros (CECA) y además tiene opiniones políticas, como todo ciudadano debería tener. Por su parte, Miguel Martín preside la patronal bancaria (AEB) y también expresa su punto de vista aquí y allá. Ambos han coincidido en los últimos días en sus críticas al Gobierno y sus negros pronósticos, lo cual no resulta extraordinario. No veo por qué se les ha tratado de acallar asegurando que ése no es su negociado.

La política nos incumbe, o debería hacerlo, a todos los ciudadanos, luego el problema no es que hablen de lo que no les compete, sino que callan demasiado sobre sus propios asuntos. Quintás podría hablar de los 9.000 millones de euros que los contribuyentes hemos pagado de nuestro bolsillo para el rescate de Caja Castilla La Mancha, de los desmanes de sus directivos, o de la "contabilidad creativa", por utilizar una expresión indulgente, que se practicaba en esa caja. ¿Tiene algo que decir el señor Quintás sobre el falseamiento de datos contables en otras cajas? ¿Conoce información de interés sobre aquéllas que, según se aseguraba hace unos meses, estaban al borde de la quiebra? ¿Tendremos que abonar nuevos rescates? ¿Podría explicar hasta qué punto los créditos hipotecarios de alto riesgo concedidos a espuertas por las cajas en años pasados contribuyeron a la burbuja inmobiliaria? Todo esto nos interesa sobremanera. Más incluso que las especulaciones sobre adelantos electorales.

En cuanto a Miguel Martín, ¿sabe por qué, pese a los avales del ICO, la mayor parte de los bancos sigue sin dar créditos? Esta misma semana, el Banco Central Europeo ha hecho pública una encuesta según la cual las dificultades de financiación para las pymes españolas son muy superiores a las de otros países, ¿tiene Martín una explicación para esto? ¿Podría decirnos en qué medida la falta de crédito está lastrando la recuperación económica? Ciertamente, sus lamentos resultarían más creíbles si aclarara qué ha hecho mal su propio sector y qué está dejando de hacer para contribuir a la salida de la crisis.

A buen seguro, ambos manejan información de primera mano sobre estos asuntos, pero sobre todo han de tener algo tan elemental como el pudor. El origen de esta crisis ha sido financiero. Sencillamente, no pueden eludir la autocrítica y conservar la vergüenza. De lo contrario, se les criticará, no por meterse donde no les llaman, sino por lo que resume muy bien la castiza expresión: "Para tener la boca grande, hay que tener el culo limpio".

15 julio 2009

La morosidad, en el punto de mira

Muy buenas.

Mientras el incompetente e inepto gañán que tenemos por presidente del (des)Gobierno chuleaba de solidez de sistema financiero delante de todos los dirigentes del primer mundo (pobrecito, lo que se tienen que reír de él a sus espaldas), resulta que los banquitos y cajitas nacionales estaban hasta el cuello. Cosa que por otra parte ya sabíamos todos; todos, salvo (quizás) el incompetente e inepto gañán. Es lo que tiene decir frases grandilocuentes de cara a la galería: que después se queda con el culo al aire; cosa que por otra parte parece importarle poco, vista la contumacia con la que hace sus declaraciones a lo grande y después rectifica por lo bajini.

Y es que la alegría con que bancos y cajas han soltado millonadas a insolventes de facto, además de llevarnos a precios estratosféricos y a una burbuja de dimensiones mundiales, ha hecho que la tasa de morosidad se dispare hasta niveles que no se conocían hace décadas.

La media de 2008 fue del 2.36% frente al 0.72% de 2007 (ahí es nada). La tasa en Enero ya era del 3.80%, a niveles de 12 años antes, y alcanzaba la pavorosa cifra de 71.700 millones de euros.

La tasa de Marzo ya llegaba al 4.17%; teniendo en cuenta sólo las cinco mayores cajas de ahorros la mora se cuadruplicó respecto a 2008, hasta llegar al 4.9%, lo cual suponía una cierta estabilización desde Enero... salvo por el hecho de que el resto de indicadores no cuadraban, por lo que se sospechaba que era "demasiado bueno para ser cierto" (gran enlace). ¿Ocultación de información por parte del (des)Gobierno y/o el Banco de España?

La tasa de Abril siguió empeorando hasta llegar al 4.42% (5.04% para las cajas) y 79.017 millones de euros (la más alta desde Agosto de 1996), lo que suponía un aumento del 5.77% respecto al mes anterior. Y parece que lo peor está por llegar, ya que el Financial Times augura una tasa del 8% para finales de año (y ya veremos si se estabiliza ahí). Con estos datos, no es de extrañar que Moody's rebajase el rating a 25 entidades españolas (aunque, sinceramente, después de lo que ha ocurrido, ¿hay alguien que a día de hoy siga confiando en los ratings de las empresas calificadoras?).

Pero lo peor, con todo, está en las cajas de ahorros: los reyezuelos de Taifas han gobernado a su antojo las cajas de sus terruños particulares y financiado los proyectos e ¿ideas? (sic) de los amigotes de su misma cuerda, por muy peregrinas que éstas fuesen, y eso por no entrar en tratos de favor y otras prebendas. Ahora es cuando reconocen que "se excedieron dando créditos" y piden al (des)Gobierno tomar medidas contundentes (léase aportar dinero de los contribuyentes) para evitar "consecuencias dramáticas" (Quintás dixit).

Y tras eso, ocurrió lo que tenía que ocurrir: la primera intervención de una caja por parte del Banco de España (aunque seguro que no la última, aunque los ciudadanos no recibamos la más mínima información acerca de este ni ningún otro proceso llevado a cabo por el (des)Gobierno), este caso CCM, controlada por políticos más afines a favoritismos que a decisiones con base económica (en este caso, el inefable Hernández Moltó, pero no es el único caso).

Y todo mientras el profeta Zapatero, el inepto gañán, alardeaba de nuevo frente a periodistas internacionales de lo saneado del sistema financiero español y seguía negando cualquier crisis de las entidades financieras; y a la par, el impresentable Barreda (el mismo que lanzó la ocurrencia de comprar a los promotores los pisos que no pudieran vender al público) tenía la increíble cara dura de achacar la caída de CCM a una campaña de descrédito y a una situación coyuntural... ¡Hay que tener jeta!

Para paliar todo este desaguisado más todo el que viene detrás, nuestro izquierdista presidente (nótese el sarcasmo) ha hecho oídos a las peticiones de fondos de recapitalización por parte de las entidades financieras y ha puesto la friolera de 99.000 millones de euros encima de la mesa, lo cual significa que el dinero de los contribuyentes saldrá al rescate de los más ineptos en la gestión del dinero ajeno.

Y es ahora cuando vuelve a salir a la palestra el debate de si hay que proteger a las entidades financieras (que, no lo olvidemos, han obtenido beneficios estratosféricos estos años) y a sus ejecutivos, principales responsables de la crisis que estamos atravesando. Como dice Martín Seco al respecto, no parece adecuado que se utilice dinero público sin ninguna contraprestación:

Las actuaciones instrumentadas hasta ahora no parecen las más apropiadas. En todo caso, sólo han podido solucionar puntual y temporalmente el problema de la liquidez de algunas entidades financieras, pero en ningún caso el de la posible insolvencia. Lo que no sería justo, ni siquiera eficaz, es que la concesión de dinero público fuera gratuita. Por eso, no vale la fórmula de crear un banco malo, ni la de endosar al Fondo de Garantía de Depósitos los activos tóxicos. No se puede repetir la estafa que para todos los españoles representó las recetas aplicadas en la crisis bancaria pasada, en la que con recursos públicos se sanearon los bancos en dificultades para devolverlos a continuación al sector privado. Los contribuyentes pagan y los de siempre salen más ricos de la crisis.

Y para terminar, un dato para que no nos creamos que se acabó la alegría: la deuda de los bancos españoles con el BCE bate récords en Junio al situarse en los 70.703 millones de euros. Si nuestras entidades no sufren la subprime mundial es, simplemente, porque en lugar de a prestar se dedicaron a endeudarse hasta las cejas.

Que ustedes lo pasen bien en las vacaciones.

01 junio 2009

El augurio de Citigroup

Muy buenas.

Hoy os traigo, queridos lectores, el augurio que Citigroup hace del futuro más o menos inmediato del mercado inmobiliario español. Y no habla de si va a caer o no, sino simplemente de cuándo, e incluso se atreve a profetizar el cuánto. Aquí lo dejo para vuestro disfrute y, tal como decía William Wallace ante la carga de la caballería, es momento del: ¡¡Quietoooos, quietooooossssss...!! Porque esto va a caer a plomo en no mucho tiempo, así que ahora es el momento de mantenerse con los nervios templados y no sucumbir al deseo de la compra. ¡Ahora, les toca sufrir a ellos!

Citigroup ha publicado un informe sobre la zona euro en el que explica que "los precios de la vivienda de los países que experimentaron un boom del sector inmobiliario apenas han empezado a reflejar la crisis financiera y la recesión económica, contrario a lo ocurrido en Estados Unidos y Reino Unido, donde las caídas son extensas y generalizadas".

En su opinión, "todos los ratios que mueven los precios de la vivienda y las cifras de accesibilidad sugieren que nos queda por delante una significativa caída de los precios inmobiliario en la mayoría de los países europeos", entre los que cita a España.

El banco americano indica que "basándonos en el análisis de los ciclos de precios inmobiliarios, la caída de los precios de la vivienda podría durar entre cinco y seis años". Por ello, alerta que "los efectos sobre la riqueza de los hogares, la actividad constructora y el crecimiento económico podrían prolongarse durante un largo periodo".

La firma se muestra extañada por el diferente comportamiento de países como España comparado con lo ocurrido en EE.UU. y Reino Unido, que llevan pérdidas de más del de entre el 34 y 23% respectivamente, y pese a que durante años atrás tuvieron unas alzas semejantes o superiores. Por ello, y a la vista de los datos internos de cada país, concluyen que "es simplemente una cuestión de tiempo que llegue a estos países (España, Francia, Italia u Holanda) una inevitable, significativa y prolongada caída de los precios reales de la vivienda (descontando los efectos de la inflación)".

Citigroup diferencia claramente dos tipos de países dentro de la zona euro. Por un lado coloca a Alemania, Austria y Portugal, que no siguieron la tendencia alcista de los precios de la vivienda durante la década pasada y que incluso no subieron ni siquiera de acuerdo con la inflación. Por otro sitúa a los países del boom, entre los que coloca a España, Francia, Italia y Holanda. Apunta que cada país es un mercado diferente y que no conviene generalizar sobre las razones que propiciaron el boom, ni sobre cómo saldran de la crisis.

Así, señala que aunque todos tocaron techo alrededor del cuarto trimestre de 2007 y primero de 2008, su comportamiento posterior no es homogéneo. Así, España lleva perdido ya un 7,3%, mientras que Holanda apenas ha visto erosionado el precio de sus casas un 2,1%

Por ello, apunta que la ausencia de una corrección más drástica en estos países no está justificada según los términos sobre los que suelen basarse los precios de la vivienda (tipos de interés, producto interior bruto -PIB- per cápita y población). Según el banco, estas tres variables fueron el caldo de cultivo ideal para la subida del precio de la vivienda en España, ya que tuvo la mayor caída de los tipos de interés entre 1996 y 2006 y también el mayor alza del PIB per cápita de Europa. Además, su demografía también jugó a favor, ya que fue el único país de los analizados en los que creció la población en disposición de comprar casa (con una edad de entre 25 y 49 años).

Sin embargo, en los próximos años se espera que estos factores jueguen en contra, ya que Citigroup estima que habrá una caída del PIB per cápita y de la población. Por el lado de los tipos de interés, el banco señala que problablemente han tocado suelo. Por ello, recuerda que anteriores ciclos negativos de los precios de la vivienda han traído caídas del 25% y que han durado de media 5 años y medio.

Para este ciclo, Citigroup espera correcciones de entre el 20 y 30% dependiendo del país y ven "improbable que acabe antes de cuatro o cinco años".


24 mayo 2009

Esto está tocado de muerte

Sí, señores. El mercado de la vivienda está tocado de muerte. Y para corroborarlo, nada como la noticia aparecida la pasada semana en las noticias de televisión a las tres de la tarde: una "noticia" (o espacio publicitario) en la que durante nada menos que cinco minutos (mucho para una noticia en un telediario) se hablaba acerca de excursiones creadas para inversores que quisieran comprar viviendas en la Costa del Sol con un descuento de hasta el 70%: se veían pisos de más de 500.000 euros vendidos a precio de saldo de 200.000.

Sí, siguen siendo caros, pero es una bajada importante. Y esto no ha hecho más que empezar...

¡Ahora es cuando toca esperar!

Saludos a todos.

03 abril 2009

La cumbre del G-20

Muy buenas.

Por una vez, y sin que sirva de (demasiado) precedente, me gustaría publicar una columna de opinión de una periodista que siempre me sorprende por su mordacidad y su buen tino a la hora de exponer la realidad más cruda de una forma que incluso hace esbozar una sonrisa en el rostro.

Irene Lozano escribe su columna los viernes en 'Estrella Digital', y de veras que merece la pena seguirla porque la mayor parte de las veces acierta plenamente en sus comentarios acerca de la realidad.

Esta semana, ayer mismo, tuvo su punto de mira en la cumbre del G-20, y creo que su comentario no puede ser más mordaz, acertado y crítico con lo que se ha visto en la cumbre. Aquí lo posteo para disfrute del personal.

Buenas noches.

Sin costaleros en el G-20 (enlace)

Los prohombres del mundísimo, más conocidos como G-20, se reunieron en noviembre pasado y acordaron volver a encontrarse en abril. Se van de Londres habiendo pactado celebrar otra cumbre antes de final de año. Y además han decidido gastarse un billón. En las cofradías sevillanas se lo toman más en serio: también se ven para decidir cuándo se verán y hacen obras piadosas, pero al menos una vez al año cargan el paso a hombros y hasta los flojos declaman saetas.

El billón es básicamente todo, y habrá que vigilarlo con cuidado, porque una gran parte se destina al FMI, que triplica sus fondos y se perfila como un superministerio de economía mundial de legitimidad dudosa. El desembolso del G-20 se destina a "restablecer el crédito, el crecimiento y los puestos de trabajo en la economía mundial", según aseguró Gordon Brown. El problema es que algunos países llevan gastado mucho más en limpiar la basura bancaria y esto sigue hediendo.

En cuanto a medidas concretas, han decidido, en un rapto de arrojo, actuar contra los paraísos fiscales, por ser allí donde se refugian los beneficios de todos aquellos cuyas pérdidas pagamos hoy a escote los contribuyentes. ¿Y qué van a hacer? Indignados, han dicho que no pasa un día más sin su drástica y audaz medida: publicar una lista. No una lista de las empresas o particulares que guardan allí sus ahorrillos. Una lista de los paraísos fiscales no cooperativos. Para sacarles los colores, ea.

Nos encontramos ante la peor crisis económica mundial en ochenta años, aunque no lo parezca. Y pese a la gravedad de la situación, no ha habido acuerdos sobre gasto público ni compromisos de evitar el nacionalismo económico. Eso sí, han adoptado la resolución de abordar de alguna forma y en algún momento, tal vez en la próxima cumbre o en la siguiente, la regulación financiera, el secreto bancario, los fondos de riesgos, las remuneraciones disparatadas, en fin, esas menudencias que nos han llevado al borde del precipicio.

Esto es el parto de la montaña, aunque la información siempre se puede interpretar. El alza jubilosa de las bolsas de todo el mundo, no obstante, confirma las peores sospechas: los mercados cerraron exultantes porque han comprendido que nada va a cambiar. Las expectativas sobre una reforma del capitalismo para acabar con la opacidad, los beneficios sin límite, la especulación y la ingeniería financiera, se disipan definitivamente sobre la bruma del Támesis. Celebremos ese nuevo billón para el viejo sistema que nos trajo esta crisis asesina.

13 marzo 2009

El sistema financiero más sólido del mundo

Muy buenas, lectores.

Mientras nuestro ineZPto particular hace el ridículo por el mundo chuleando de sistema financiero y bancario saneado (aunque siempre hay quien le cree), la situación en España es vista bastante peor por cualquiera que tenga ojos en la cara y un poco de sentido crítico.

El año pasado, justo antes de las elecciones, ya había indicios de que algunas cajas pasarían por problemas, aunque en su momento es posible que hubiese órdenes para impedir que semejantes noticias salieran a la luz. Menos de un mes después, el propio Banco de España empezaba a alertar de que podría haber dificultades de financiación para los bancos. ¿Casualidad?

En esas fechas, la morosidad rondaba el 1,12%, un dato porcentualmente muy superior al de meses antes, pero en nada preocupante dado que aún se mantenía en niveles históricamente bajos. Lo malo de ese dato, sin embargo, era la tendencia que empezaba a mostrar tasa de la morosidad; y esto lo sabían en la CECA, de modo que se empezaba a hablar de tasas de morosidad del 3% para 2009 al tiempo que se aseguraba de que era imposible que se llegase a tasas del 8% como en los años '90.

En Junio, el Banco de España admitía que "la banca no es inmune" a la situación y que en caso de prolongarse podría haber problemas, mientras la AHE hacía sus optimistas previsiones de morosidad cifrando la tasa en el 2%. Claro que el concepto de mora es, cuando menos, discutible en cuanto a apuntes contables; los bancos disponen de buenas coartadas para mantener el balance saneado a pesar de los problemas de pago... al menos durante un tiempo.

Los bancos y cajas se han dedicado por tanto a sustituir un epígrafe de su balance por otro con tal de ocultar la morosidad: toma de participación accionarial, permuta de deuda por inmuebles u otros bienes y otras prácticas legales pero quizás poco ortodoxas. ¿Pan para hoy y hambre para mañana? En cualquier caso, un juego muy peligroso.

Pero lo que no se podía ya negar en esas fechas es que los activos de la banca habían sufrido un rápido deterioro en los últimos meses. Se dieron créditos en condiciones muy precarias, por lo que la cruda realidad de la subprime española ya comenzaba a asomar... y de eso se empezaron a dar cuenta las cajas cuando la morosidad se situó en el 2.87% en Agosto, bastante antes de lo que se había pronosticado apenas un par de meses antes.

El resto de la banca europea tampoco es que haya hecho perfectamente sus deberes, desde luego. Varias entidades tuvieron que ser compradas por otras entidades (A&L, B&B...) o rescatadas por los diferentes Estados (Dexia, Fortis, Hypo...). Vamos, que de la escabechina no se ha librado nadie. En estas salió Francia proponiendo un rescate "a la americana" pero en Europa, plan que Alemania y otros países descartaron al momento.

Para evitar el pánico, los diferentes Gobiernos tuvieron que salir al paso y garantizar los ahorros para así evitar que los clientes acudieran a los bancos a retirar sus fondos, lo que hubiera provocado el crack del sistema. Por supuesto, en España no fuimos menos y también se garantizaron los depósitos hasta 100.000€ (bueno, sí fuimos menos porque en algunos países no se estableció límite sobre la cantidad asegurada).

Pues resulta entonces que, a pesar del alardeo de que tenemos el mejor sistema bancario del mundo, el (des)Gobierno ha tenido que salir a la palestra para garantizar los depósitos; y no sólo eso, sino que tuvo que habilitar un plan de rescate de entidades financieras, que brilló por su opacidad y falta de transparencia y explicaciones. Nada menos que 150.000 millones de euros sin dar una sola explicación a los ciudadanos. ¡Bien, ese es el talante! Más necesario sería que alguien rescatase a los ciudadanos de los ineptos del (des)Gobierno... Y la pregunta ahora es: ¿alguien va a responder por todo este desaguisado? La responsabilidad de los bancos es patente, desde luego, al haber olvidado las más básicas normas de su propio negocio.

Y con la que está cayendo, las entidades, cómo no, se han puesto las pilas de golpe. Se acabó conceder hipotecas a mileuristas; más vale tarde que nunca, aunque, como dijo Mayayo, "quienes compraron en los últimos años van a sufrir". Atención a lo que pone en el artículo enlazado:

Lo cual pone los pelos de punta a los incautos que firmaron una hipoteca puente diez minutos antes del estallido de la burbuja, a los que se vean obligados a subastar su casa porque no pueden seguir pagando, o a quienes compraron en el pico del boom, que se encuentran en situación de negative equity (el valor de su hipoteca, sin incluir intereses, es superior al de su casa)

Y al terminar el año, la escalada de morosidad llegó hasta el 3.53% en las cajas, mucho más de lo que se auguraba para todo 2009, y cuadriplicada respecto a la tasa de sólo un año antes. Y eso como media, porque las hay en mejores condiciones pero, por supuesto, también en mucho peores... Como muestra un botón, ya que el propio Blesa admitió que la morosidad de Caja Madrid podría superar el 7% en 2009. Si eso es lo que dice, a saber cuál podrá llegar a ser la cruda realidad...

Ante semejante panorama, lo que han hecho los bancos ha sido cerrar el grifo del crédito a saco. Ya comentábamos hace tiempo en este blog que tarde o temprano llegaría el cierre crediticio, como así ha sido, y a las exigencias del IneZPto de que los bancos presten han tenido su respuesta tanto desde el sector bancario como desde su propio (des)Gobierno, donde Solbes defendió la prudencia en la Banca y que sólo se realicen préstamos a solventes. Una vez más, el IneZPto queda con el culo al aire.

Pero el mal ya está hecho; tanto, que el BdE no descarta la intervención en algunas entidades del otrora "país campeón de la solidez financiera", y mientras el IneZPto sigue sacando pecho acerca de la situación de las entidades, otros ya no se creen nada de lo que salga de la boca del mentiroso compulsivo de La Moncloa: ha mentido ya demasiadas veces, y especialmente como profeta de economía no da una a derechas.

Ahora lo que toca es capear el temporal lo mejor posible (muy poco): préstamos a la banca, fusión de entidades para evitar la quiebra (Unicaja y CCM han sido las primeras, a pesar del plan de Chaves de fusionar las cajas andaluzas), nacionalización o estatalización de entidades en problemas o incluso que "salgan del juego" aquellas entidades que no puedan mantenerse a flote por sí mismas, según la AEB o el propio Solbes, lo que significa que las que han asumido demasiados riesgos no merecen ser salvadas.

Lo que ha quedado claro a lo largo de este último año es que, como se dijo desde el Santander en fechas recientes, la banca no es inmune a la crisis tal como nos quiso vender el IneZPto en una más de sus innumerables mentiras. Moody's mantiene su perspectiva negativa sobre el sistema bancario español y advierte de rebajas en la calificación de algunas entidades, mientras que BNP observa un riesgo considerable en nuestro sistema bancario. Es algo de lo que ya advertíamos en este blog hace casi dos años, cuando todo eran risas y juegos y aquí no pasaba nada...

Y en esto, ahora se alzan voces desde la propia banca (el mismísimo presidente del BBVA tildó la situación de "emergencia nacional") abogando por un gran pacto contra la crisis. ¿Dónde estaban los pactos en contra del desmedido aumento de los precios de la vivienda? ¿Dónde la acción contra la especulación que nos ha llevado a donde nos encontramos en este momento? ¿Dónde la ética y el buen hacer en lugar de la avaricia y el pelotazo rápido? Ahora que se ha acabado el negociete y sen ven con el agua al cuello es cuando reclaman ayudas y pactos... ¡Más de uno merecería dar con sus huesos en la cárcel!

Buenas tardes, y templen los nervios.

27 febrero 2009

¿Quién es el responsable de la burbuja inmobiliaria?

Hola amigos.

Hoy no voy a hablar yo; he creido conveniente reproducir un reportaje muy interesante que ha publicado El País acerca de la responsabilidad política en la hecatombe actual del mercado de la vivienda.

Con todo, he de decir que el reportaje me parece un poco sesgado en tanto en cuanto se pretende cargar al anterior Gobierno del PP con una parte importante de las responsabilidades de la actual crisis. Conste que no es que esté en total desacuerdo con ello, ya que en este mismo blog ya se ha comentado que toda esta locura empezó con el PP; sin embargo, no me parece lógico culpar a un Gobierno cinco años después, toda vez que además en su momento el modelo de crecimiento adoptado pudo servir para conseguir salir de una crisis que, por otra parte, ya fue heredada desde el anterior Gobierno socialista. Y además, a fin de cuentas el PP es de derechas; si en su momento aplicó políticas de derechas, ¿se le puede criticar?

Mucho más criticable es el (des)Gobierno del PSOE que sufrimos actualmente, que en cuanto llegó al poder renegó de las críticas que realizaba cuando estaba en la oposición y mantuvo un modelo de crecimiento heredado de un Gobierno "de derechas". Y han tenido cinco años, ¡cinco! para enmendar la cosa, y no sólo no hicieron absolutamente nada sino que durante todo este tiempo se han dedicado a decir que todo iba perfectamente bien.

Lo curioso es que ahora, a la luz de los datos que se dan en el reportaje, parece mentira que nadie quisiera darse cuenta de dónde nos estábamos metiendo... Con todo, desde mi humilde punto de vista el principal responsable de lo que está ocurriendo es quien se metió donde no debía y compró lo que no podía pagar. No parece justo escudarse en la ineptitud de nuestros dirigentes (que lo son, no lo duden) para eludir las propias responsabilidades.

Bueno, sin más, aquí posteo el reportaje. Advierto: ¡es largo!

[NOTA: Los resaltados en negrita son de cosecha propia]


Manuel Arellano y Samuel Bentolila.
Profesores del El Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI)

Resulta que una generación de españoles va a perder sus ahorros porque los ha dedicado a comprar viviendas cuyo precio se está desmoronando. Así que no podremos contar con lo que esperábamos para la vejez y para nuestros hijos. Y muchos se han endeudado tanto que ahora no pueden hacer frente a sus obligaciones. Resulta además que nos hemos especializado en ser albañiles, fontaneros, electricistas, camioneros, cristaleros, fabricantes de puertas, vigas, grúas, baldosas o lavabos, aparejadores, vendedores de hipotecas, tasadores, registradores y un sinfín de ocupaciones relacionadas con la construcción; y que ahora nuestra experiencia laboral ya no vale y tendremos que dedicarnos a otra cosa.

Resulta además que el milagro económico español era un espejismo, porque nos hemos dedicado a construir casas que no habríamos querido construir de haber sabido lo poco que iban a valer en el futuro. Una casa sólo vale para vivir en ella, y si nadie quiere hacerlo, entonces no vale nada. Hemos comprado pisos que están cerrados o a los que vamos unos cuantos días al año, no porque tuviéramos grandes deseos de consumir viviendas, sino porque pensábamos que eran una reserva de valor para el futuro.

Resulta además que nuestros bancos y cajas se han dedicado a prestar a empresas promotoras y constructoras, y que muchas de éstas ahora no pueden devolver los préstamos, lo que podría llevar a la quiebra a los bancos y las cajas si es que pudieran quebrar. Resulta además que nuestros ayuntamientos han disfrutado de unos ingresos insostenibles gracias a las recalificaciones de terrenos y que los dispendios a los que nos han acostumbrado se acaban. Resulta además que los coches que hemos comprado en realidad no los podíamos comprar porque éramos menos ricos de lo que creíamos. Y de ahí a una completa distorsión del tejido productivo.

Finalmente, en cuanto este tipo de actividad insostenible se ha parado, la economía ha entrado en recesión. Para contribuir a entender un desvarío de consecuencias tan negativas, es necesario revisar la senda que han seguido los precios de la vivienda en España, sus causas, su predictibilidad y lo que podría haberse hecho para evitarla.

El crecimiento del sector de la construcción

El crecimiento de la construcción total ha sido altísimo, del 5% al año en 1996-2007. Entre 1998 y 2007, el parque de viviendas creció en 5,7 millones, casi el 30%. En el tercer trimestre de 2007, la construcción suponía el 13,3% del empleo total, muy por encima, por ejemplo, del 6,7% de Alemania o del 8,5% del Reino Unido.

Varios factores han estimulado la demanda de viviendas. Destacan la expansión económica (en parte debida al propio boom inmobiliario) y la consiguiente caída del desempleo, y la reducción de los tipos de interés hipotecarios tras la integración en el euro, del 11% en 1995 al 3,5% en 2003-2005, que a menudo eran negativos tras descontar la inflación. Además, la competencia bancaria ha facilitado el acceso y mejorado las condiciones del crédito hipotecario. También ha aumentado el número de hogares, en especial debido a una entrada masiva de inmigrantes, de alrededor de 4,2 millones entre 1996 y 2007. Por último, ha crecido la compra de inmuebles de familias no residentes, en una magnitud difícil de calcular.

La oferta respondió a la mayor demanda, como muestran los datos anteriores, pero no pudo satisfacerla completamente, lo que dio lugar a grandes subidas de precios de la vivienda: de una tasa de inflación anual del 1% en 1995-1997 se pasó al 18% en 2003 y 2004. En media, entre 1995 y 2007, la inflación de la vivienda fue casi del 10% anual.

En realidad, en la medida en que los agentes tengan expectativas de incrementos futuros de los precios de la vivienda y la demanda se vea influida positivamente por ellas, durante un tiempo es posible observar una espiral de crecimiento de la demanda, la oferta y los precios.

¿Ha habido una burbuja especulativa?

Una burbuja se caracteriza por la presencia de altos volúmenes de transacciones a precios muy distintos del valor económico fundamental. No es fácil de identificar, por la dificultad para calcular bien este último valor. A menudo, la identificación se realiza a posteriori, tras un colapso brusco de los precios. No obstante, en el mercado inmobiliario, por su escasa liquidez, ese colapso es más lento que en los mercados financieros e inicialmente se manifiesta más en las cantidades que en los precios. En España, la venta de viviendas se ha desplomado en 2008, calculándose que a finales del año había entre 650.000 y 1,3 millones de viviendas nuevas sin vender.

En todo caso, la revalorización de la vivienda en España entre 1997 y 2007 ha sido del 191% según The Economist, la segunda mayor de la OCDE y superior a la de países donde no se duda de la existencia de una burbuja, como Reino Unido (168%) o Estados Unidos (85%). En cuanto a la caída, según el INE, en el tercer trimestre de 2007 el precio de la vivienda nueva ha subido un 3,7% en términos interanuales, y el de la vivienda usada ha caído un 11,4%, frente a tasas respectivas de aumento del 9,2% y el 7,5% un año antes. La rapidez y la magnitud de estos cambios apuntan a una burbuja.

Más rigurosamente, los factores fundamentales antes citados (la expansión, los tipos de interés...) no explican por sí solos los precios alcanzados. Las estimaciones disponibles -por ejemplo, las del Servicio de Estudios del Banco de España- indican que los precios observados estaban muy por encima de los niveles justificados por los fundamentos económicos. Esta sobrevaloración se cifraba entre el 8% y el 20% ya en 2003 y entre el 24% y el 35% en 2004. Así, parece claro que una parte significativa de la inflación de la vivienda se ha debido a motivos especulativos: la gente compraba casas como inversión, porque esperaba que se revalorizasen. Además, se consideraban una inversión segura, frente al riesgo de los activos financieros revelado por el desplome de las bolsas de valores de 2002.

Vale la pena señalar que una burbuja no tiene nada que ver con los estados de optimismo o pesimismo colectivos que puedan asociarse con niveles de actividad económica altos o bajos, por la vía de un mecanismo de expectativas autocumplidas. En el caso de una burbuja, los precios no cumplen su función como mecanismo para la asignación correcta de recursos y se producen errores reales. Si la burbuja es grande y duradera, la mala asignación de recursos de ahorradores, empresas y trabajadores puede causar una cuantiosa destrucción de riqueza real.

¿Se sabía que había una burbuja?

Desde 2002, el Banco de España ha alertado sobre la sobrevaloración de la vivienda, aunque ha sido demasiado optimista sobre la probabilidad de que fuera "compatible con una reabsorción paulatina y ordenada", quizá porque temía pinchar la burbuja. En 2003, The Economist estimaba la sobrevaloración en España en el 52%. En 2004, el Fondo Monetario Internacional la situaba en el 20%-30%. Entre los economistas españoles, José García-Montalvo la cifraba en 2003 en un 28,5%, indicando: "En resumen, es muy probable que el mercado inmobiliario español sea una bomba de relojería esperando a ser detonada". No obstante, tanto altos cargos políticos como empresarios negaron repetidamente y hasta fechas recientes que hubiera una burbuja.

¿Eran los responsables políticos conscientes de la burbuja?

El programa electoral del PSOE de 2004 hablaba de apostar "por un nuevo modelo de crecimiento más sólido que el actual". Su candidato a presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decía: "Como tenemos un modelo económico basado en la construcción y en la hipoteca, las familias españolas están hoy más endeudadas que nunca en su historia". Y el entonces coordinador del programa económico del PSOE afirmaba: "Esa política de alquileres que proponemos (...) evita que la gente, ante un cambio de expectativas, se ponga a vender y se produzca un desplome de precios, lo cual sería catastrófico". Ciertamente, el entonces ministro de economía del PP declaraba: "La verdad es que estamos asentados en un ciclo largo y con pocas incertidumbres. Eso es indiscutible. Y lo importante es que es un modelo duradero".

¿Podría haberse hecho algo para evitar la burbuja?

Atajar una burbuja es más fácil (técnicamente) si se cuenta con la herramienta adecuada: los tipos de interés. Es más difícil si no se tienen, como en España, que los ha dejado en manos del Banco Central Europeo (que durante mucho tiempo los mantuvo demasiado bajos para las necesidades de la economía española). No obstante, pensamos que las siguientes medidas, orientadas a conocer realmente el nivel de precios de la vivienda y a reducir las distorsiones fiscales que hacían artificialmente rentable este tipo de inversión, habrían mitigado la burbuja:

1. Mejorar la información sobre los precios de la vivienda. A diferencia de otros países, en España no existe información sobre precios reales de transacción. Sólo desde 2008 se dispone de datos registrales provenientes de las notarías y sólo en forma de índice, no de valor monetario (quizá por sospechar una infradeclaración en los valores escriturados). Hasta entonces sólo había series oficiales del Ministerio de Vivienda elaboradas a partir de datos proporcionados por empresas que tasan viviendas con cargo a los clientes, a menudo para la concesión de hipotecas. Por motivos obvios, ésta no es una fuente fiable. Y la política informativa oficial ha sido lamentable. Por ejemplo, ese ministerio anunció en octubre de 2004 que suspendía la publicación de datos de precios de la vivienda, aunque luego rectificó. Acto seguido introdujo un cambio metodológico que sesga la medición de los precios a la baja. ¡En la actualidad, este ministerio no ofrece en su página web ningún dato de precios anterior a 2005! Y en ningún momento se intentó que el público fuera consciente de la posible sobrevaloración de la vivienda.

Sin embargo, sería posible contar con información sobre el valor real de las transacciones inmobiliarias, por ejemplo, recabándola en una de las encuestas a los hogares que realiza el INE o llevando a cabo una encuesta específica para ello, y usarla para corregir la medición de precios de los cambios de calidad de la vivienda.

2. Reducir la desgravación a la vivienda en el impuesto sobre la renta, que sesga fuertemente las decisiones de inversión de los hogares hacia la vivienda frente a otros activos y, junto con la ley de arrendamientos, favorece la vivienda en propiedad (81,3% de los hogares en 2005) frente al alquiler. En 2002, el 79,7% de la riqueza bruta de los hogares correspondía a bienes inmuebles, frente al 75,5% de Italia o el 38,4% de Estados Unidos. En 2005, el porcentaje era ya del 80%. En 1998, el Gobierno del PP redujo la altísima desgravación existente, pero después no se ha avanzado por esta vía.

3. Aumentar la presión inspectora sobre las empresas y las transacciones inmobiliarias. Estimaciones recientes sitúan a España entre 2004 y 2005 como el tercer país desarrollado con más economía sumergida (20,5% del PIB), tras Grecia e Italia. Este porcentaje sólo se ha reducido en 2,2 puntos desde 2000. Probablemente una parte importante de la actividad oculta se canaliza a través del mercado inmobiliario. El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda estima la evasión fiscal en el sector inmobiliario en 8.600 millones de euros anuales (alrededor del 0,8% del PIB).

¿Por qué no se intentó atajar la burbuja?

En primer lugar, porque la construcción es un sector intensivo en mano de obra, lo que es importante en un país con una tasa de paro estructuralmente alta. En segundo lugar, porque un aumento del valor de la vivienda favorece al votante mediano, que es propietario de su vivienda. Y en tercer lugar, porque el sector inmobiliario genera cuantiosos ingresos fiscales para el sector público, a los niveles nacional, autonómico y municipal. Por ejemplo, en 2004 suponía el 60% del presupuesto (excluyendo pasivos y transferencias corrientes) de la ciudad de Valencia y el 50% del de Madrid.

El Gobierno del PP se equivocó con su ley de liberalización del suelo de 1998. Creía que con más suelo aumentarían las viviendas y bajarían los precios. Craso error. Se compraban y se construían viviendas no porque fueran baratas, sino porque eran caras y se tenían expectativas de que lo fueran aún más en el futuro. Así, la ley del suelo echó leña al fuego de la burbuja, desencadenando una frenética actividad recalificadora gracias a la cual los gobernantes locales veían llenarse las arcas municipales (cuando no sus propios bolsillos).

Por su parte, los intentos del Gobierno del PSOE de fomentar la vivienda protegida y en alquiler y su nueva ley del suelo de 2007 han sido totalmente ineficaces. En realidad se ha limitado a cabalgar la burbuja hasta sus últimos estertores.

En definitiva, ambos Gobiernos han fallado en un asunto crucial: preservar a los ciudadanos de desmanes económicos que se lleven por delante sus ahorros, su empleo y su prosperidad. Es un fracaso del que se debe aprender para el futuro y por el que procede pedir responsabilidades.

15 febrero 2009

La vivienda no baja

No, qué va...

¡Esto va para abajo que se las pela! Las bajadas de pantalones que hace menos de un año eran algo poco menos que anecdóticas han pasado a verse con toda su crudeza. Y todo a pesar de los esfuerzos del desvergonzado (des)Gobierno en apuntalar el chiringuito.

El caso es que hace ahora cosa de un año que se comenzaban a escuchar ciertas noticias de bajadas de precio del 9% en viviendas de segunda mano y noticias de chollos que empezaban a aparecer. En Pocerolandia, los pisos se intentaban vender hasta 60.000€ más baratos que unos pocos meses antes y los especuladores intentaban quitárselos de encima como fuera. De una forma un poco más oficial, el Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA, vaya nombre más premonitorio) abría con descuentos, que no bajadas (sic)...

Ya desde entonces se empezaban a dar toques de atención en las editoriales de prensa, donde incluso El País abogaba por la bajada de precios (muy a pesar de los promotores) y por el necesario ajuste de los precios a la realidad del mercado, al tiempo que se informaba de caídas del 5.9% hasta Septiembre.

Entonces, mientras algunos medios empezaban a hablar de caídas hasta 2011 (el BBVA, en uno más de sus informes, calcula un 25% de caída, al menos hasta que vuelvan a rectificar sus previsiones -a la baja, claro), el señor Chicote se dedicaba a rebuznar en entrevistas digitales, a decir que los precios ya habían bajado todo lo que tenían que bajar y que antes de bajarlos un 30% se los regalaba al banco. ¡Pobrecillo, si esto no ha hecho más que empezar! Ya me gustaría ver a ese impresentable regalando al banco los pisos antes que venderlos, ¡ja! En cualquier caso, que los regale, que los regale... Ya se encargaría el banco de venderlos a lo que el mercado pueda pagar.

Al discurso de Chicote se unía el señor Martí (APCE) al afirmar que los promotores descartaban bajar más los precios. Es curioso, ya que los pobres diablos Martí y Chicote decían esto mientras las inmobiliarias bajaban precios para intentar (que no conseguir) aumentar la demanda.

La pregunta ya no era si el precio de los pisos iba a bajar, sino cuánto. Se ha dicho en algunos medios que el precio actual de la vivienda es el mismo que hace cinco años... o menor aún. La tasadora Tinsa, anteriormente conocida como 'la 17%', ha estimado una caída del 20% en el precio tan sólo en 2009, además de una acumulación de un millón y medio de pisos en stock.

Y para quitarse de en medio ese stock acumulado, condición sine qua non para salir la crisis del sector, los promotores han realizado y siguen realizando las más rocambolescas propuestas al (des)Gobierno: desde pedir que el Estado se hiciese cargo de parte de la hipoteca para paliar la subida del euribor hasta su última ocurrencia: pedir que el Estado subvencione el 33% de la renta para los pisos en stock puestos en alquiler, eso sí, tragando con los números hechos por ellos mismos: pisos que dicen que valen 300.000€ y que pondrían en el mercado a 750€ al mes. Y yo me pregunto: ¿por qué el (des)Gobierno va a subvencionar ese alquiler y no el de cualquier otro inquilino que viva en un piso de un propietario particular? Estos de la patronal constructora es que tienen una cara de cemento... ¡¡Pues no!! La solución para quitar de en medio el stock es la siguiente: vender al precio del mercado real, y no el mercado especulativo y ficticio, apoyado en créditos imposibles, que hemos sufrido estos años pasados.

Y por fin, el dato más esperado: ya es oficial que en 2008 la vivienda bajó un 3.2%. Por supuesto, es seguro que la caída ha sido bastante mayor, pero ya se sabe cómo son estos (des)informes (des)gubernamentales... Otros medios informan de que el precio de la vivienda de 2ª mano ha caído un 40%. Y la fiesta sigue...

Recordar, como colofón, que una caída de precio siempre va acompañada de desempleo, contracción del PIB y restricción de crédito. Eso que no se olvide, para que tengamos presente lo que nos espera en España "gracias" a ZP, su estulticia, su ignorancia y sus mentiras.

Buenas noches y a disfrutar.

01 febrero 2009

El mayor robo de la Historia

Muy buenas a todos.


¡Sí! Cuando más podría escribir acerca de lo que está pasando, menos lo estoy haciendo. Supongo que todos nos damos cuenta de que los acontecimientos están hablando por sí solos.

Como llevo algún retraso (unos cuatro meses, casi nada...) con esto, me voy a permitir la licencia de escribir acerca de algo que ha sucedido hace ya algún tiempo pero que me indigna especialmente, y que además está relacionado con la última entrada: el rescate con dinero público y la responsabilidad de financieros y políticos en todo este embrollo.

Visto lo visto, mis previsiones (que bastantes tildaron de catastrofistas) se han quedado cortas, muy cortas. Estamos ante la peor crisis de, al menos, los últimos 80 años. Y eso si se admite que el crack del '29 fue peor que este que estamos viviendo, porque hay quien ha tildado a la actual como la madre de todas las crisis, y también quien ha dicho que el '29 comparado con esta fue como un juego de niñas en el patio de recreo de un convento de monjas, ¡ahí es ná...!

Por ahora, la crisis se ha llevado por delante a bancos y otras entidades financieras, algunas de ellas con una trayectoria de casi cien años. Entre las víctimas USA, las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, la aseguradora AIG y otras grandes que se han salvado por los pelos después de ser rescatadas por el Gobierno de turno (con dinero de los contribuyentes, claro). Otras como Lehman Brothers no han tenido tanta suerte y han sido abandonadas a su triste (y merecido) destino.

En este vídeo (¡es para verlo!) se puede ver la explicación de la crisis que Leopoldo Abadía dio en el programa de Buenafuente, y en su blog, ahora famoso, se puede tener una explicación más detallada e igualmente amena y graciosa del tema.

Y ante todo este desaguisado, los Gobiernos se dedican a gastar el dinero de los contribuyentes en rescates millonarios. La palma, por supuesto, se la lleva EE.UU, el mayor responsable de la crisis internacional. Desde el pasado Septiembre se empezó a hablar de la necesidad del rescate, empezando por el inepto gañán que han tenido como Presidente hasta hace bien poco (queda claro que W. Bush ha sido una calamidad, la mayor de al menos los últimos 75 años), que habló en TV para empezar a hacer el cuerpo a los ciudadanos y se amenazó con el colapso y la recesión si no se procedía a ello con la mayor celeridad. Curioso que tuvieran entonces tanta prisa por intervenir, cuando se pasaron años dejando a las entidades financieras hacer y deshacer a su libre albedrío...

No deja de resultar curioso que todo eso ocurra en el país que con mayor vehemencia reclama la no intervención estatal, a pesar de la opereta montada por los republicanos para defender su supuesto dogma de anti-intervencionista, pero que después se tragaron. Tras esto, esperemos que sus dirigentes aprendan que hay que moderar las ideologías ultraliberales que abominan de los controles públicos y luego subvienen las crisis con el dinero de los contribuyentes.

Pero lo peor no es que la Administración USA haya tenido que acudir al rescate del sistema financiero; está claro que, a pesar de no gustar nada a los contribuyentes (lógico, por cuanto supone poner dinero del común al servicio de unos irresponsables), una vez que estamos donde estamos la intervención es el menor de los males: como dice Martín Seco, los chantajes del neoliberalismo económico son chantajes, pero no engañan. Lo peor es que los delincuentes financieros responsables de semejante estropicio, que son aún más tóxicos por sí mismos que las propias hipotecas basura que han creado, no paguen su irresponsabilidad como es debido. ¿Se acordarán los dirigentes mundiales de poner coto a semejantes individuos? Está claro que han demostrado una total incapacidad moral para desempeñar los cargos que han ostentado, y ahora sólo falta ver si incurrirán también en una deseable (y merecida a pulso) responsabilidad penal.

Pocas esperanzas tengo de verlos entre rejas, que es donde merecen estar. Pero en fin, dicen que la esperanza es lo último que se pierde, incluso después que el dinero...

Buenas noches, y enhorabuena a los afortunados que aún conservan su empleo. En no mucho tiempo seremos/serán rara avis.