03 noviembre 2007

Hat trick: Triple preocupación

Hola de nuevo, estimados amigos.

Anda todo el mundo muy asustadito por la evolución del mercado de la vivienda, que ya preocupa incluso más de lo que ya venía siendo habitual (que ya era bastante). Ahora resulta que tanto el Gobierno como las constructoras están muy preocupados por el devenir del negociete, y a eso se suma el hecho de que la vivienda ya es oficialmente el problema que más preocupa a los españoles.

Y no es para menos. La cosa se está poniendo dura, y eso empieza a notarse a pie de calle. Se empiezan a conocer historias (pocas por ahora, pero demos tiempo) de dramas personales por haber ido más allá de lo razonable a la hora de gastar lo que no se tiene. Tras la avalancha de sustos entre hipotecas subprime, subidas de tipos y otras lindezas, el pueblo llano se ha empezado a contener en la petición de crédito (aunque quienes aún lo piden lo hacen cada vez en mayor cuantía; allá ellos, pobrecitos...).

Aunque la caída en la petición de hipotecas se debe, además de a un atisbo de racionalidad por parte de los ciudadanos, también a un segundo factor: a un ataque de pánico por parte de la banca, ya que todo apunta a que después del susto de las hipotecas basura las condiciones para obtener crédito se han endurecido lo suyo.

Aunque puede que el celo de los prestamistas llegue demasiado tarde, ya que los desmanes ya se han producido durante todos estos años de vino y rosas. Por mucho que se intente transmitir el mensaje de que en España no hay hipotecas basura, el caso es que algunas cajas de ahorros están bajo sospecha de haber sido demasiado complacientes en el pasado. La pregunta es si la vanidad de las entidades españolas es justificada mientras bancos de medio mundo tienen problemas.

La verdad, parece que la respuesta no es muy agradable... Algunas entidades de crédito están teniendo problemas de liquidez, especialmente algunas cajas que se han dedicado al crédito al promotor. Ahora que pintan bastos, las cajas huyen del ladrillo como de la peste. ¿Demasiado tarde quizás? Ya veremos... Por lo pronto, el Banco de España las vigila y les exigirá provisiones por la caída de valoración del suelo rústico, lo que va a hacer daño en las cuentas de más de una.

Pero la falta de liquidez también ha provocado que quienes antes iban de la mano como buenos amigos estén ahora empezando a disputarse los clientes. Antes, un tipo podía ser "exprimido" tanto por el promotor por el banco: uno le vendía el piso y otro le colocaba la hipoteca. Pero la estrategia ha cambiado: los bancos ya tienen más que copada su cartera de préstamos y ahora lo que les pone es el pasivo, así que el banco apuesta por captar depósitos en lugar de dejar escapar ese dinero hacia las manos del promotor. Y quien decida emplear su dinero en la compra de un piso tampoco va a tener garantizado el préstamo como antaño: las subrogaciones han dejado de ser automáticas.

Esto no hace más que empeorar las ya maltrechas expectativas que se ciernen sobre la actividad constructora, y los que están en el ajo se han puesto de los nervios al ver cómo dato a dato se confirma la desaceleración del sector: caída de un 40% en las ventas, primeras bajadas oficiales de precio de la vivienda, pronósticos poco halagüeños para el precio en el futuro inmediato e incluso "desertores" entre sus propias filas que hablan de crisis total.

¿La solución? Según ellos, sindicarse en el G-14, un grupo que aglutina a 13 (?) de las mayores empresas del sector; 'Grupo de Inmobiliarias por la Excelencia' se autodenominan, los muy cínicos... Y ha comenzado su singladura como elefante en cacharrería, sin dejar títere con cabeza y augurando los peores males para el país si el sector se para. He aquí la estrategia seguida por la "Plataforma en defensa del mayor robo de la historia":

  1. Desinformar lo máximo posible con ayuda de los medios de comunicación, que se hacen eco de sus exabruptos (y encima los presentan como "expertos"). Para que luego se quejen de que la culpa de su mala imagen es de los medios...
  2. Buscar culpables de la actual situación: medios de comunicación, otros constructores, BCE, Gobierno, bancos, etc, etc.
  3. Presionar al Gobierno metiéndole miedo para intentar mantener el chollo lo máximo posible.
Y lo peor es que este Gobierno que sufrimos va y entra al trapo, y ahí tenemos al inefable ZP haciéndole el juego al G-14 al pedir a la banca que mantengan abierto el grifo del crédito a constructores y promotores (injiriendo, por cierto, en las decisiones a tomar en negocios privados). Menos mal que seguramente no le harán mucho caso... Pero no sólo ZP, sino que también su inútil Ministerio de Vivienda se ha dedicado estos días, de la mano de los constructores, a presionar a los bancos. Y, de regalo, una ayudita para que las promotoras se deshagan de sus stocks. Por último, para utilizar el alquiler como tabla de salvación, los 210€ al mes y fondos inmobiliarios. Lo que sea con tal de salvar los muebles a los impresentables del G-14 y a todo el sector en general.

Las preocupaciones tanto de ciudadanos como de promotoras y bancos están más que fundadas, y la cosa no parece que tenga una solución factible. A ver lo que se tarda en pasar de preocupación a pavor, y de ahí a una crisis en toda regla. Ya lo dice Luis Garicano: nos espera una recesión a la vuelta de la esquina.

¡¡Hipotecatombe!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que viene, que viene... shhh shhh que viene, que viene... shhh shhh...

La pregunta es: a todos los que nos hemos quedado fuera de este boom (y de lo cual nos congratulamos): ¿qué cara se nos quedará si ahora con nuestros impuestos se dedican a financiar mediante ayudas sacadas de la manga a aquellos que se metieron en el boom de forma inconsciente, algunos, y con fines claramente especuladores, los más? ¿Por qué no me han ayudado a mi con los 230 euros desde hace 6 años, los que llevo de alquiler, porque no había quien se pudiese meter en un piso? ¿Vamos a ser una generación completamente fuera del sistema inmobiliario? Nuestro raciocinio nos invita a quedarnos fuera, pero a quien no tiene prudencia, no importa, se le ayuda. ¿qué pasa con los que evaluaron, analizaron.. y no se dejaron engañar? ¿es entonces ahora cuando viene el engaño?
¡¡¡Con mis impuestos, que no se financien ESPECULADORES!!!