01 mayo 2008

El 'España va bien' se esfuma como un rayo

Hola amigos.

En este país de pandereta tenemos los días de bonanza contados. El motorcillo que nos movía ha reventado de puro sobreesfuerzo por exigirle más de lo conveniente, habida cuenta de su escasa tecnología. Y es que pensábamos que usando un motor de camión desvencijado podríamos seguir la estela de los mejores deportivos alemanes, igual que se nos intentó engañar diciendo que ya habíamos llegado a adelantar a los italianos. Pobrecitos de nosotros, qué ilusos...

Y ahora resulta que, después de alardear durante años de lo bien que nos iba todo, ahora empezamos a temer que quizás no todo sea tan de color de rosa como nos lo han estado pintando hasta anteayer mismo. Ya empezó Solbes hace unas semanas a dejar caer que quizás las cosas podrían empeorar algo (por eso ha seguido en el gobierno, dice). Al tiempo, los inversores extranjeros comenzaron también a tener sus recelos en la marcha de la economía patria. Como remate, los problemas en el exterior (subprime en EE.UU.) han agravado la situación de una crisis que es básicamente nuestra y sólo nuestra, por mucho que ahora se intente achacar a factores externos. Problemas muy graves como el déficit exterior, el endeudamiento, la baja productividad o la inflación han sido ocultados deliberadamente bajo la ilusión de unas cifras macro poco menos que de ciencia-ficción.

Pero es ahora cuando estas cifras macro se están viendo irremisiblemente empañadas por lo que se nos viene encima, y el propio Solbes ha tenido que admitir que revisará (a la baja, por supuesto) las predicciones de crecimiento después de la "enmienda de plana" que le ha hecho el BdE (y el FMI fue aún peor). Y es ahora cuando se proponen a bombo y platillo medidas de bajo calado como si fuesen la panacea; incluída entre ellas la vergonzosa ayuda del ICO a bancos e inmos (leer el enlace, merece la pena), medida que busca ayudar a “quienes más lo necesitan, a las inmobiliarias”. Declaración de Rodríguez Piñeiro (PSOE) que muestra toda una línea política (y también muestra que alguien miente). Es decir, ayudar con dinero público a los que estos años se han llenado los bolsillos indecentemente y que a causa de su pésima gestión ahora se ven en problemas.

Resulta que promotores y constructores quieren que su chiringo siga en plena forma. Y para ello estos pobres señores no paran de quejarse y llorar porque las ventas han caído, y no se cortan en exigir todo tipo de prebendas (liberación de suelo público, aumento de las deducciones a la compra incluso para segunda vivienda, rebajas fiscales,...) so pena de todo tipo de calamidades si el sector se hunde. La CEOE, cómo no, también se ha unido a las exigencias augurando 500.000 parados a final de año si no se toman medidas "agresivas, valientes e imaginativas": tan imaginativas como abaratar el despido (sic), o tan estrafalarias como doblar el número de beneficiarios del Inserso (¡sic, sic!).

Y es que estos promotores son tan buenos chicos que merecen todas las ayudas imaginables. Ellos, dicen, no tienen ninguna culpa de los precios de los pisos; la culpa es de los especuladores. Si no se les ayuda, no podrán pagar impuestos a Hacienda, como buenos chicos que son, y además habrá que pagar el paro. Y además, las ayudas no las piden para ellos, sino para los compradores... ¡Hay que joderse! A ver cuándo nos damos cuenta de que esta gente es el cáncer de la economía...

Pero una cosa es cierta, y es que tienen cierta razón al quejarse: el chiringo se cae, y eso no hay quien pueda discutirlo: juicios por deshaucio disparados, récord de insolvencias, aumento del impago de deudas (¿volverá el cobrador del frac?), morosidad hacia arriba (más del 1% en las cajas), con la morosidad empresarial aumentando un 48%, caída de visados a la mitad,... Y es que, tras haber estado en niveles históricamente bajos, ahora el tema de la morosidad ya empieza a preocupar. Ya lo insinuaba el BdE antes de ser corroborado el dato por su gobernador, MAFO. Parece que el Primo-optimismo (siempre hemos dicho que este hombre es un optimista) de hace unos meses ya no es tal.

Y junto con la construcción, se irá al garete gran parte de la economía: la crisis inmobiliaria va a arrastrar a promotores, administraciones públicas (el tan cacareado superávit nos va a durar dos días), banca,... Las previsiones de paro barajan cifras de entre 800.000 y 1.200.000 parados más, y afectará también a las industrias auxiliares de la construcción.

Lo más curioso de todo esto es que aún hay quien exige la construcción de vivienda protegida (nada menos que 500.000) para evitar el colapso del sector. Parece paradójico que la única solución que se les ocurre para atajar los males producidos por tanta construcción sea... ¡más construcción! Y aún pretenden engañarnos diciendo que hay un plan para recolocar a tanto parado...

Está claro que ahora toca apretarse el cinturón, y mucho. Se vaticina que el número de viviendas construídas caerá nada menos que en 500.000 unidades. Y todo esto teniendo en cuenta que los políticos están "obligados a mentir" para no generar más pánico del estrictamente necesario. Pero las cuentas son mucho peores (terrible enlace) de lo que nos intentan hacer creer. No es que yo sea un pesimista compulsivo; es simplemente que lo que se nos viene encima tras el parón de un sector que aporta más del 30% del PIB es difícil de ocultar.

Feliz Día del Trabajo. Disfrútenlo mientras aún lo mantengan (me refiero al trabajo), porque dentro de poco va a escasear. Vamos a sufrir...

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