04 febrero 2008

El chiringo se tambalea


Buenas tardes, amiguitos.

El chiringo se tambalea. Eso ya no lo duda nadie. Y los primeros en verse afectados son los que están directamente liados en el negocio: las inmobiliarias le están viendo las orejas al lobo desde ya, y lo peor es que no parece que estén en situación de hacerle frente a pesar de la gran etapa de vacas gordas (para promotoras y constructoras) que hemos vivido estos años.

Y es que a pesar de que las inmos han intentado pasar las navidades intentando aplicar el dicho "al mal tiempo buena cara", la verdad es que al final de 2007 el sector ha visto cómo el batacazo les ha venido encima de repente.

Y así, en pocas semanas hemos pasado, día sí y día también, a desayunar con noticias, una detrás de otra, que dejan ver lo que se avecina en el sector.

El desplome en bolsa de las cotizadas, una auténtica sangría, ha volatilizado más de 10500 millones de euros en pocas jornadas. Las gráficas de algunas de estas empresas dan vértigo...

La deuda que manejan algunas de estas empresas son dignas de entrar en el Guinness de los récords, a lo que se une la depreciación del valor de sus activos (suelo comprado caro que ahora está perdiendo su valor, o viviendas que no se venden a los precios imaginados) y el cierre del grifo del crédito tras el susto de las 'subprime'.

Es lo que pasa cuando se juega a ser un gran empresario, que los planes se hacen mal y luego las cosas salen torcidas; porque es muy fácil ganar pasta cuando el mercado es favorable, pero hay que dejarse de euforias y hacer las cosas con la cabeza. De esa forma, a los nuevos ricos del ladrillo no se las hubieran dado todas en el mismo carrillo vendiéndoles humo a precio de oro y dejándoles una deuda que nada menos que 30.000 millones de euros (ahí es nada).

Pero la palma se la lleva Colonial, donde su presidente se pensó que era el rey del mambo y se lanzó a la compra compulsiva de todo lo que se le ponía por delante. Resultado: caída del presidente debido a los problemas financieros que arrastra la compañía (el propio 'presi' admitía el error que supusieron algunas operaciones), venta con pérdidas de las compañías que habían sido compradas a crédito (FCC, SFL) para intentar reducir deuda, y por supuesto un desplome brutal en bolsa.

Pero por supuesto que Colonial no es la única. Hábitat, después de comprar la división inmobiliaria de Ferrovial, está al borde del proceso concursal (suspensión de pagos, para que nos entendamos) por no poder hacer frente a los créditos necesarios para la compra. Y Fadesa renegocia una deuda de 2.500 millones para evitar que la crisis se la lleve también por delante.

Pero la crisis no sólo afecta a las grandes manos; también afecta a pie de calle, donde se estima que el 25% de las franquicias de inmobiliarias han desaparecido debido a la crisis del sector. Y para muestra un botón: las confesiones de un agente inmobiliario. Pavor da...

Ante la crisis, unos aún se muestran optimistas (claro, que a Acciona las cosas no le van tan mal) y esperan que el temporal sea pasajero mientras que otros (léase G-14) intentan echar balones fuera culpando a todo y a todos de los males que aquejan a su sector, pero sin mirarse su propio ombligo. Como se dice en este demoledor enlace, ocultar más que explicar. Y otros intentan lavar su imagen, como Astroc, que incluso cambia de nombre para evitar cualquier molesto recuerdo hacia la defenestrada compañía.

Pero el problema no se soluciona por mostrarse optimistas, por culpar a unos u otros o por cambiar de nombre. El problema REAL es que el sector no da más de sí; el crédito ha desaparecido tanto para las inmos como para los particulares (bendita subprime), y al no prestar ya no hay quien compre a los precios actuales. A eso se une la bajada de la confianza de los consumidores, con lo que se lo piensan más a la hora de gastar, y no digamos ya en los grandes gastos como comprar una vivienda.

Y ahora va el impresentable e inepto ZP y pide "patriotismo" a quienes crean alarmismo. Él, el más antipatriota de todos los presidentes habidos y por haber, pide, no patriotismo, sino silencio para que al ciudadano no le dé por dudar si realmente la economía va tan bien como él, mentiroso compulsivo, nos dice que va; pide silencio para que el chiringo no se desmonte antes de las elecciones.

Y en otro de sus desmanes, e incurriendo en la mayor de las contradicciones, decide que el ICO inyecte liquidez a las inmobiliarias para evitar su quiebra; es decir, financiará con dinero público, el dinero de todos, las pérdidas de los magnates del ladrillo cuando la banca no les quiere prestar ni un céntimo. ¿No va todo tan bien? Entonces, ¿a qué viene tener que inyectar crédito al sector? Un sector, por otra parte, absolutamente hipertrofiado y que ha arrastrado a la crisis a todo el país.

Está claro que él ya sabe la que se avecina, aunque no nos lo quiera contar: cuando todas esas empresas se vayan al garete (que se irán, por mucho crédito que les den desde el ICO) nuestro minúsculo sector industrial va a ser incapaz de absorber las ingentes cantidades de trabajadores de la construcción que van a quedar en paro, como ya se está viendo.

Y es ahora que pintan bastos cuando los constructores ven las bondades de la VPO, que ven como tabla de salvación para mantener su chiringo y encima imponen sus condiciones de costes, superficie o número de viviendas. Es curioso que la solución a un problema causado por construir el doble de lo necesario pase por seguir construyendo. Y el gobierno, a callar y a tragar para que el chiringo no se desmorone, y encima nos lo intentan vender como algo bueno para los ciudadanos, cuando lo que hace falta es una purga (dolorosa, nadie lo niega, pero necesaria). Paradójico...

Bien, se va a seguir construyendo aunque sobren pisos a punta de pala, pero los mismos constructores reconocen que se va a pasar a construir la mitad que hasta ahora. ¿Y qué ocurrirá con todos los trabajadores que van a ir al paro? Pues que no va a haber forma de recolocarlos, por mucho que el impresentable Caldera nos quiera convencer de lo contrario. Y lo peor es cerrar los ojos a la realidad, porque entonces se es incapaz de aportar soluciones a los problemas. ¿Mentiroso o ignorante, qué es peor?

¿Y con el inmenso stock ya construido y sin vender, qué hacemos? Las inmos tienen que hacer caja para poder pagar deudas, así que qué mejor solución que utilizar la inútil SPA para poner en alquiler las viviendas que no se han vendido. En esas conversaciones están ahora el Ministerio de Vivienda y el G-14. Todo sea por salvar el culo de los constructores. Esperemos que al menos esta idea, que sí parece positiva, la desarrollen bien, aunque no sé por qué no me fío demasiado...

Hasta la próxima.

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